sábado, 6 de febrero de 2010

Hoy quiero dedicarte esta entrada a vos…Mi Tuturulo…hace más de quince años estuviste a mi lado ángel-amigo, disfrazado de latas y ruedas llevándome por rutas de cemento, polvo y alma, casi todos tus viajes sólo fueron de ida. Recuerdo tus ronroneos cuando me hamacabas aquellas noches de gemidos y amor del bueno…tus silencios y calorcito de “motor” en la oscuridad de la montaña cuando lloraba por todos mis poros ahogado de preguntas. Te acordás cuando levantaba tu techo negro a toda velocidad y me paraba sobre el acelerador para asomarme al viento y gritarle mi alegría a las estrellas!! Cuantas veces me salvaste la vida de noche, no dejándome mover el volante cuando yo creía ver una curva que no existía, cuando tus tenues luces se hicieron como el sol para que pudiera esquivar a ese caballo que descansaba en medio de la ruta. Cuantas veces funcionaste como el orto al punto de hacerte el muerto, cuando la que se sentaba a mi lado no me convenía y cuando ella se iba cual milagro salías andando como un 0 km. Testigo de tantos sueños hechos realidad, de mágicas charlas con mis hermanos de la Vida…tu nombre aun sigue viviendo en nuestras juntadas.
Recuerdo aquel día acostado en tu interior, diciéndote que me iba bien lejos por muchos años…necesitaba hacer a pié el camino que se abría y vos ya estabas muy viejito y mañoso para conducir a otro, fue un silencioso y largo “hasta pronto”. Mi viejo te escoltó todo el camino mientras la grúa te llevaba al desarmadero, pero vos ya no estabas entre esas latas. En qué dimensión estarás ronroneando amigo mío?... sé que nos volveremos a cruzar, quizás reencarnes en la gaita que aprenderé a tocar cuando sea un abuelo-loquito o te reconozca en la respiración del hijo que aún no tengo.

11 comentarios:

Carina Felice, Photography dijo...

ay Gus, se parecen a mis diálogos con mis cámaras viejas...
sisi....el desapego ya se...deberiamos trabajar mas ese punto, jaja, pero con ciertos "objetos vivientes" no se puede. Te comprendo, hermano, y te acompaño en el sentimiento!
Hermoso poster! :)
Namasté/\

Mónica PG dijo...

Curiosamente, cuando empiezo a leer tu entrada, en mi mp4 empiezo a escuchar las primeras notas de la canción A Quai de la banda sonora de la película Amelie...

Yo también recuerdo mis viajes de niña en el Renault de mis padres, y que tuvimos que despedir después de 13 años porque un accidente de tráfico le destrozó su reluciente armadura...

Ahora comparto viajes con uno de estos coches que a pesar del tiempo, son tan nobles que se reponen de cualquier avería para seguir cruzando España y viviendo nuevas experiencias :)

Un abrazo!

gustavo zuritz dijo...

Hola Cari
Que bueno que sientas la vida que tienen ciertos objetos, bah en realidad todo está tan vivo como vos y yo y por eso merecen nuestro respeto y cariño...ya me parezco a Edgar de Petinatto "Ahhhhh los quiero muuuchoooo...!! JAJAJAJA
Y si lo del desapego es un tema, con mi tuturulo pude, sino lo llevaría a la espalda todo oxidado...fue un homenaje que se lo debía hace bocha!
Beso

gustavo zuritz dijo...

Moni, no me digás que tenés un 3CV!!!, es el compañero ideal para aventuras!!, lo único que necesitás para no quedarte en el camino es un buen rollo de alambre en el baúl.
Tu mp4 fue la medium del espíritu del Tuturulo JAJAJA, qué mejor fondo musical podría tener esta historia??

Un beso y espero ver alguna foto junto al tuyo!

Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva] dijo...

Cuando leí tu entrada, inmediatamente, me sentí identificada. Siempre tuve la sospecha de que no soy la única que se comunica con sus objetos más preciados.

Te mando un abrazo y mis mejores deseos de que ese reencuentro se dé pronto y de una manera genial.

Ya no te desaparezcas tanto, ¡se te echó mucho de menos!

Carina Alfonso dijo...

oooh viejito me hiciste emocionar, hace ya un mes me robaron a mi vochito negro hermoso y no sabés como lo extraño.

fué mi primer coche, mi primer amor, y vivimos muchas cosas juntas

y si, parece tener vida propia, las veces que me dejó de a pié, siempre fué a poquitas cuadras de casa o cerca del mecánico, un genio

te quiero! muchos besos!

gustavo zuritz dijo...

Hola Lilith!
Somos varios los que vivimos una realidad más realista que la que nos vendieron de chicos :)
Cuál es uno de tus objetos más preciados?...contame.
El reencuentro con mi amigo es felizmente inevitable, si es en esta vida te vas a enterar!
Gracias por tu afecto...de verdad!

Un beso

gustavo zuritz dijo...

Nooooo Nieti, la reputa madre que los remil parió!!! no sabía nada!!
que forros, seguro que fueron argentinos los turros. Pobre bochito...snif...habiendo tantos minicooper y bmw sin corazón vienen y se llevan al negrito, ojo! por ahí se lo chupó algun plato volador y te está esperando estacionado en tu planetita, estate atenta por si alguna noche alguna estrella te toca bocina ;)

Yo también te quiero mucho, besotes!!

pit dijo...

Si faltaba algo era nombrarlo a él...Alguna vez fui tu copiloto en tardes de domingo hacia Chacras o en escapadas misteriosas a la montaña en plena noche de verano. Ranita tierna y acogedora, confesionario simultáneo de todos los que cupieran, su perfomance no debiera medirse en kilómetros ni en litros de combustible, sino en capacidad de carga de sueños. Lo extrañaremos...como a tantas otras cosas de esos días, más sin tristezas, sino con la alegría contagiosa del ronroneo de su corazoncito de dos cilindros.

gustavo zuritz dijo...

Palabras cálidas y cómplices mi hermano!! El Tuturulo tiene su capítulo asegurado en la biografía de los Celestes...ya desempolvaremos anedas dentro de poco!!

Un Salú anticipado!

Mantresd - Mauricio Mansilla Martinez dijo...

Confudia siendo un auto pero su continuo desafio en esta vida fue estar disfrazado de chapa, mantener el corazón escondido entre mangueras cables y tornillos, incompresible como los giros que hay en un plato de tallarines, entre laminas de hierro, algo de plástico de elástica cabellera de lona, de finos pelos tejidos con algo de gracia, de ondulantes labios cromados, grandes ojos mirada de un redondo tugsteno amarillado, como sol de domingo, luz que discutía corriéndolas a cada metro de la noche las sombras a un costado del comino.
Sus pulmones un gran ventilador frontal, que ronroneaba al compás de su aceleración emotiva y altanera.
Su cerebro repartido en un par de metros de sabias vinculaciones, lo suficientemente robustas para soportar la exigencia de las premuras cotidianas, y lo suficiemente livianas para parecer que pisaba el asfalto, cuando solo lo que hacia era volar, de manera intermitente como un timbre viejo y casi invisible como las alas de una libélula, que en su transparencia hacen dudar si era el cuerpo el sostén de las alas o al revés, una ambivalencia entre la gravedad y la sustentación, tan indivisible como el blanco y el negro de un tablero de damas.
Nos dijo tantas cosas, nos susurraba en cada viaje, siempre con su sonrisa elástica que rebotaba animosa en las curvas de cualquier esquina, con la humildad de quien se inclina, sabiendo que lo que esta por delante es lo mejor y mas grande.
A sus viajeros atentos de narices despiertas como el primer dia de vacaciones le compartió ese olor a cuerina, lisa fresca, como la piel de la manzana de la primera estación y aquellos asustados quienes no quisieron entender su franca misión solo les dio, olor goma opaca como la tristeza de la espera de quien nunca llegó o apagado como el final de un romance vuelto en astio, tan deslucido como un viejo cartel olvidado.